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40 años, amiga

El otro día cumplí 40 años (¡40!) y claro, es una cifra que hace pensar cosas. La cuestión es que siendo como soy -si has leído mi primer parto sabrás de qué te hablo- esas cosas que he pensado y reflexionado acerca de la edad… son todo chorradas. Ven, que vamos a celebrar que soy una señora.

Edades

Los 20 es época de definirse, años, sobre todo los primeros, en los que estás ahí intentando asentar eso (esa) -que crees- que eres. A mí me encantaron mis veinte y me lo pasé -muy- pirata, pero no tengo esa añoranza de muchos, ese «ay, quién los pillara de nuevo». Lo dicho, fueron maravillosos, los disfruté a tope, pero no volvería a esa edad. Pereza me da.

Al principio de los treinta está esa cosa de decir «A ver, yo me había montado una peli de lo que era ser mayor y esta mierda esto que es mi vida no sé si se termina de parecer mucho a eso«. Pero según avanza la década la cosa mejora mucho, te conoces, sabes quién eres. En mi caso, me enamoran mis treinta: en ellos me convertí en madre, bloguera, dibujanta, escritora y autónoma (es decir, dejé de poder ponerme mala).

Y luego llegan los cuarenta. Y gloria, oye. Los cuarenta son los años de adquirir puntos de carisma y automole a cascoporro, les tengo ganas. Sí, puede que las carnes empiecen a estar un poco más abajo que antes*, pero en general, viva todo.

* En mi caso considero que se debe no a la edad, si no al hecho de que me muevo menos que los ojos de Espinete. Peeeero ya estoy en ello, en lo que se conoce como la nueva -y definitiva- operación «de fondona a jamona 3, la venganza saludable».

Mamen Jiménez posa en el sofá como si le estuvieran haciendo un reportaje del Hola
Ha sido cumplir los 40 y ponerme a posar como si me estuvieran haciendo un reportaje en una revista de las buenas.

Puntos de carisma y automole

Los 40 dan un punto muy bueno: con todas las amigas y mujeres que tienen esta gloriosa edad con las que hablo coinciden -coincidimos- en que tenemos más seguridad en nosotras mismas que nunca, que tenemos más claro lo que queremos y lo que no, y a quien queremos cerca y a quien no, tenemos más automole en general… aunque luego no tengamos tiempo pa ná.

Además, los 40 son el inicio del fin de un montón de cosas buenas que da la edad. Por ejemplo, la capa de impermeabilidad que tienen los yayos que les lleva a hacer y decir lo que les sale del mondongo empieza a fabricarse aquí, en los cuarenta. Y eso -hacer y decir sin filtrar un mojón- es gloria, no me digas que no.

Por cierto, hablando de yayismo, qué bonitas van a ser las conversaciones “de abuelas” cuando las de nuestra quinta -y siguientes generaciones- lleguemos a la senectud:

  • Pues yo me hice un piercing en todo el pepe, y mira, una vez se me enganchó…
  • Uy, yo me cepillé a un muchacho que tenía uno en…
  • Pues yo tengo uno en el ombligo que ahora está en las rodillas.
  • ¡Mirad mi tatu!
  • ¿Una patata?
  • Noooo, pone ponía “Hakuna matata”.
  • Yo me tatué una croqueta kawai y ahora parece un mojoncito seco.

No me digáis que no va a ser maravilloso.

40, un número bonito, redondo, par, todo. Fíjate si mola que una de las emisoras de radio más populares es precisamente Los 40 principales. No los 50 principales ni los 20 principales, los 40, porque cuarenta es lo más. ¿Con cuántos ladrones iba Alí Babá? Exacto, ¡4o! Porque 20 eran pocos y 50 ya mucha tela en seguros sociales. Pues eso.

Sí, los cuarenta son guays, y seguro que todo lo que viene después, también, hasta los tatuajes derretidos y mutados.

¿Tienes cuarenta o más? ¿Qué tal vas con la edad? ¿Te has tatuado una croqueta? ¿Has leído croqueta y ahora te apetece comerte ocho dos?

Besitos de una cuarentona feliz.

 

4 respuestas

  1. ¡Cumplir años es fantástico!
    Los cumpleaños son un día fantástico para divertirse y hacer regalos originales.
    Los regalos son un bonito detalle, que nos hacen recordar que tenemos personas que se preocupan por nosotros y que nos quieren.
    Un saludo.

  2. Para mí los 40 fueron la campanada!!
    Tuve a mi primera hija, me volví desde Sosolandia a España -después de ser emigrante 10 años- y he experimentado todas esas cosas bonitas (las menos bonitas mi cerebro no las registra) de la maternidad y el reencuentro con las raíces. Que me ha tocado en plena pandemia y apenas podemos salir? Pues a ser positivos y pensar que así disfrutamos más de lo realmente importante.
    Nota: Los 41 han empezado hace poco y pintan bastante bien también…

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Foto de Mamen Jiménez en su consulta, sonriendo, y con un vestido rojo

Psicóloga (tengo mi consulta, doy talleres y charlas...), bimami (10 años y 6 años, ole), escribo y dibujo sobre psicología, pareja, maternidad... y lo que surja (o me dé tiempo). Podría vivir a base de gazpacho.
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