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Mi parto (o de como todo puede salir según NO lo planeaste)

Espero no aburriros con mi «personal chapa», pero era un post que tenía muuuuchas ganas de escribir, desde antes incluso de abrir el blog. (Quizá este post es más para mi que para vosotros, ¡espero que lo entendáis!)

Corría el año 2013…

14 de Noviembre. 8:00 de la mañana (aprox.) Una hermosa (por volumen) psicóloga embarazada de 35 semanas se dispone a montarse en un tren en Atocha, camino del sur, su hogar antiguo… Así empezó, aunque yo no lo sabía aún, la aventura del nacimiento de Migordi. Aventura que paso a contaros porque sí, porque ¿qué clase de blog de maternidad sería éste si no os contara mi parto?

Antecedente 1: Mimamma llevaba dos meses diciéndome que preparara la bolsa del hospital. «¿Para qué, mamá? Anda ya, si el hospital está al lado de casa, eso lo preparo en cero coma.» decía yo.

Estando de 35 semanas, como decía, uno de mis empastes decidió que ya llevaba muchos años ahí y que quería conocer mundo. No me extraña, me lo pusieron con 12 años. No es que me doliera, pero no quería dejarlo pasar: si esperaba a dar a luz iban a ser lo menos dos meses con la muela a la virulé y no era plan. Llamé a mi tío y me dijo que no había ningún problema en arreglarlo estando embarazada, que de hecho cuanto antes mejor para evitar daños en la muela. ¡Me cago en la muela!

Antecedente 2: Mi tío, el hermano de mi madre, es dentista. Desde que tengo uso de razón (y dientes) él ha sido el que me ha apañao la boca (empastes a cascoporro, muelas del juicio fuera… esas cosas). Nunca jamás otro dentista ha tocado mis dientes. Mi tío tiene la consulta en la provincia de Córdoba. Yo vivo en Madrid.

Tracé un sencillo plan: «Me bajo en AVE un día entre semana, me apaña el empaste, veo a mis papis y me vuelvo tan ricamente al día siguiente». Mimaromo se quedaba en Madrid porque curraba, claro. Total, ¿qué podía pasar?

Y así lo hice. Mi mamma me recogió en la estación, fuimos a ver a mi tío y tras el arreglo piñeril fuimos a casa de mis padres. Buena tarde en familia. Cenamos genial (mi padre cocina que te mueres), vimos una peli (creo que Star Trek, fíjate), y nos fuimos a la cama.

5 de la madrugada: «Me meo», pensé entre sueños. Me levanté de la cama y entonces noté cómo se desbordaban los pantanos de toa Extremadura, como decían los Extremoduro. «No puede ser».

Antecedente 3: las clases de preparación al parto empezaron a finales de Octubre. Esta historia tiene lugar el 14 de Noviembre. Habíamos ido a la presentación, a la primera clase per se -alimentación de la madre-, y a la segunda -gimnasia para tonificar cuerpo y pechos durante el embarazo-. Todo muy útil.

Primer pensamiento simultáneo al chorro de líquido bajando por mis piernas: Es muy pronto, es muy pronto. Pero va a ir bien, ¿verdad?

Segundo pensamiento post charco en el suelo: «Mierda, ¡qué susto se van a llevar mis padres! ¿Cómo se lo digo?»

Tercer pensamiento post «Está pasando. Esto no es pipí»: «jajajaja, y Mimaromo en Madrid» (nota: risa de nervios, pero también de risa risa, no lo voy a negar).

Me medio vestí y bajé a la habitación de mis padres. Llamé tímidamente a la puerta. Nadie contestó. Calidad de sueño que tienen los abuelos, oiga. Volví a llamar y escuché un lejano y somnoliento «¿Si?»

  • Papá, mira, que he roto un poco aguas, y vamos a tener que ir al hospital. Pero tranquilos, ¿eh?
  • ¿QUÉEEEE?

Ruido de pasos apresurados. La puerta se abre. Mi padre, algo empanado pero alerta, me pregunta que qué ha pasado. Se lo cuento con calma. De fondo se oye a mi madre decir «¿Qué quéeeee?» con pasmo. Hecatombe dentro de la habitación.

Diez minutos después estábamos en el coche camino del hospital (que está a 20 kilómetros de donde viven mis padres). El ambiente era la monda. Miradas perdidas. Comentarios de «calma, va a ir todo bien» en ambas direcciones. «Voy a llamar a Mimaromo«, dije. «Espérate a ver qué nos dicen en el hospital, que el pobre va a flipar…«. Y nos reíamos los tres de imaginar la cara del susodicho. Pero le llamé. Eran las 5:30 de la madrugada.

  • Hola, guapo. 
  • (intento -fallido- de palabra en castellano, algo parecido a un «hola»)
  • Mira, guapo… que… hoy no vas a ir a trabajar. Que me he puesto un poco de parto, ¿sabes? Pero estoy bien, tú tranquilo. 
  • ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Qué me llevo? ¿Qué necesitas? Voy a coger la maleta marrón que es más grande…
  • Vamos camino del hospital, ya estamos llegando. Ve haciendo la maleta y yo te voy contando, ¿ok? 
  • Sí, claro. A ver, la maleta marrón, pero… ¿qué me llevo? ¡No tenemos de nada! 
  • Copón, ¡no tenemos de nada!

Porque era verdad, no teníamos de nada. Tres prendas escasas de primera postura y el carrito. Cero cunas, cero maxi-cosi, cero sábanas, cero de todo. Eso sí, mi suegra me había regalado dos camisones bonitos de la muerte y dos batas.

  • Mete los camisones que me regaló tu madre.

Antecedente 4: Mimaromo no tiene carné de conducir. 

Antecedente 5: ese día había huelga en RENFE. 

  • Cagoentóloquesemenea (no dijo eso, fue más bonito…). Voy a llamar a mis padres, y me bajo con ellos ya. 
  • Díselo con tranquilidad, que van a flipar. 

Llegamos al hospital y le contamos la película. Se rieron, claro. Desde ese momento en el hospital me apodaron «la de Madrid que se ha puesto de parto aquí, y su marido está allí, jajaja«.

Me ingresaron. Vino una matrona. Me pidió los papeles, analíticas, etc. ¡MIERDA, he bajado sin los papeles! Sí, como iba a estar tan poco tiempo no los cogí. ¿Y ahora qué hacemos? Matrona pensando, pre-abuelos pensando, yo pensando… ¡Ya lo tengo!

  • Oye, Mimaromo, mira, en mi mesita está la carpeta de médicos. Sí, esa. ¿Puedes hacerles fotos a los papelitos y mandármelo por whatsapp?
  • (Matrona) Dile que haga primero los de la analítica de…
  • Mimaromo, que dice que hagas primero de la… Espera, esa analítica la tenía prevista para el lunes que viene.

Así fue, cada X llegaba una foto de mis papeles y la matrona (mujer maravillosa a la que siempre estaré agradecida) iba, con santa paciencia, ampliando y ampliando en el móvil a ver si podía leer algo.

Tenía cero contracciones. «Si no te pones de parto en 24 horas te lo vamos a tener que provocar«. Al final me lo provocaron. No tuve ni una sola contracción en todo ese tiempo. Ni una. Cero. «Pero tranquila, que a tu maromo le da tiempo a llegar. ¿Por dónde va ya?» «Por Despeñaperros.» «Ah, le da tiempo de sobra».

Mientras Mimaromo se recorría media península flipando, mi madre se fue a su casa a limpiar como una loca (le entró esa necesidad), y mi padre y yo nos quedamos en el hospital flipones también (no nos vamos a poner estupendos), organizando infraestructura. Aprovecho para dar las gracias por la existencia de Internet: en ese rato busqué en las tiendas cercanas -que tenían web- las cosas que íbamos a necesitar, cosas que, una vez en tierras sureñas, mi suegro (amor) fue comprando y llevando a casa de mis padres. Una de esas cosas era ropa para el gordo, de prematuro. Estaba de 35 semanas, y no sabíamos cómo iba a ser el peque. Pero Migordi pesó 2,800, y esa ropa de prematuro nunca la estrenamos.

Mimaromo llegó. Me moría de ganas de verle. Todo lo que quería era que estuviera allí conmigo. Por otro lado, pagaría por ver el viaje que pasaron él y mi suegro (mi suegra se tuvo que quedar en Madrid, la pobre, cómo sufrió): 5 horas en coche cagándose en todo porque no existe el teletransporte.

Inciso: Desde que nos vimos por fin, presas del pavo más absoluto, no paramos de acordarnos del sketch de «El sentido de la vida» (Monty Python) del nacimiento en hospital. ¿Dónde estaba el «aparato que hace PING»? Jajaja Esta broma la hicimos hasta escasos segundos antes de dar a luz -así somos-.

El 16 de Noviembre, a las 21:40, tras llevar desde las 10 de la mañana con gotero, nació el amor de mi vida. (Y como estas cosas son como son, que sepáis que me he puesto a llorar, porque siempre que lo recuerdo me emociono y me pongo muy tontaca. Ea, ya lo he dicho. Supongo que nos pasa a todas.)

Tardé mucho en tener contracciones, mucho, pero una vez que vino la primera todo fue rodado. «¿Quieres epidural?«. Llegó la anestesista para ponérmela, mientras dos enfermeras me cambiaban la vía porque hubo un problema y se me había acumulado líquido en el brazo, tenía una pelota… Yo ni me había dado cuenta. «¿Pero no te duele? -me preguntó la enfermera- Chiquilla, entre gritar por todo y tú hay un término medio. Si algo te molesta, o te duele, dilo, mujer.» 

Terminaron de ponerme la epidural. «Todavía queda, procura relajarte un poco mientras«. Y así lo hice. De hecho lo que sucedió fue que… ¡me dormí! Sí, señores, me dormí. Y tan ricamente.

Al despertar la matrona me miró las bajeras. «Aún no estás del todo, pero tranquilos, va muy bien. Cuando notes que tienes ganas de empujar, avisa«. Y quise empujar según terminó la frase.

Diez minutos (o menos) después me dijeron que tirara de ÉL, le puse en mi pecho y Mimaromo y yo lloramos y reímos al mismo tiempo: ya éramos tres.

«Qué parto más bonito, ¿verdad?» oí que le decía una matrona a otra.

Sí, fue muy bonito, y muy divertido, y muy loco, y muy peliculero, y muy nosotros, y muy feliz. 

Eso es todo. Espero que aún sigáis aquí, y que estéis despiertos, jajaja.

Esta es la historia de cómo tu parto puede no salir como lo planeaste, de que lo que no esperas puede pasar, pero de cómo, aún así, será uno (o dos) de los mejores días de tu vida. 

Besos de madre con lagrimilla

60 respuestas

  1. Este post es muy interesante,
    Nosotros sabemos que cuando se tiene un hijo, el cuerpo cambia y estos pequeños cambios, pueden producir inseguridades.
    Como por ejemplo las varices finas o gruesas, por suerte tienen solución.
    Recomendamos que os pongáis en contactos con especialistas, para solventarlos.
    Un saludo.

  2. Siete años después contesto a tu comentario, en plan "no tengo perdón de la vida". Fue accidentado pero también divertido, y sobre todo inolvidable. A mi me gusta mucho, qué puedo decir jajajaj
    Besote, hermosa! (y sorry de verdad, qué fuerte que no haya visto esto antes!!!!)

  3. Madre mía qué historia, con tacones y a lo loco!!!! Jo, qué penita lo de las 5 horas separaditos, pero mira, si al final todo bien, pues bien está!!!
    Un besote grande y mil gracias por pasarte y comentar (además comentar bien comentao, pedazo de comentario!!! Gracias, de verdad)

  4. Jajaja, Ay, Miren, qué tranquilidad tu maromo y qué lastimica tu mami ahí la pobre medio dormida! Menudo pasmo le debió dar cuando procesó lo que estaba sucediendo!!!
    Muchas gracias a ti por leerlas, guapa!!!! Un besote!!!

  5. Oish, muchas gracias, Ángela!!! (qué buen apellido tienes, jejeje, guiño, guiño)
    Mil gracias por pasarte y comentar (aunque yo haya tardado eones en responder… Prometo ponerme al día y no dejar pasar tanto tiempo la próxima vez!!!)
    Besotes!

  6. Jejeje lo disfrutamos porque como he dicho por ahí arriba en todo momento nos decían que el peque estaba bien. Eso da un punto buenísimo. 🙂
    Ay, es que es acordarse una, o ver un parto, y tacatá, llantina!
    Besito, hermosa!

  7. Fue un parto muy tuuuuu!!!! Genial!!! No podía ser de otra manera!
    Gracias por compartirlo.
    Con la peque derrepente me desperté porque pensaba que me había hecho pis… Al ver que aquello seguía cogí el móvil y me puse a mirar por internet como era eso de romper aguas. A la media hora desperté a mi partenaire y le dije que al hospital. Yo nerviosa pérdida… Y él se duchó, se arregló… Cogí las llaves del coche y les dije a mis padres que habían venido por Nochevieja que nos íbamos, esto a las 5 de la mañana. Pregunta de mi madre medio dormida: <¿a dónde?> XD

    Gracias por compartir tus aventuras.
    #FanFanTotal

  8. Muy bonita tu historia de parto, lo bueno que todo lo tomas con humor, yo soy… digamos… mas dramática 😀
    Y cierto, he tenido tres partos y ninguno ha sido como lo había planeado, pero ¡Aquí estamos! y a seguir…
    Feliz cumpleaños a tu pequeño y feliz cumple mami a tí 😀

  9. Jajajajajajajaja me ha encantado tu historia! Bonito recuerdo!
    A nosotros nos pasó parecido pero en la misma ciudad.
    Estaba yo de 37 semanas y me iba a una reunión de trabajo, puestisima, con tacones, vestido, medias … vamos monisima de la muerte.
    Cuando iba a salir por la puerta note como que me hacía pis, y tonta de mí pensé que no me había secado bien después de la ducha jajajajajajajaja
    Pues no! Había roto aguas pero no fue escándalos (luego me dijeron que fue una fisura de la bolsa)
    Así que fui a avisar al papi y éste estaba súper torrao (eran las 9 de la mañana y era un sábado, su plan era pegarse un mega vicio a la play que tuvo que post poner casi un año jajajajajajajaja )
    Cuando conseguí que se diera cuenta de lo que pasaba fue a por el coche y yo me quedé preparando las cosas (no teníamos nada preparado)
    Llegue al hospital a las 10.30, me ingresaron a las 11, cero contracciones.
    En mi caso no esperaron y me lo provocaron a las 12, a las 12.15 empecé a notar contracciones y me bajaron a dilatación porque así la matrona me controlaba más ya que tenía otra allí y como yo era primeriza iba a ir para largo (JAJAJAJA)
    Cada vez notaba más las contracciones y la matrona no paraba de decirme que era primeriza que no me agobiara, a eso de las 13.30 le dije que no podía más (yo era de las que si aguantaba sin epidural pariria así) y le implore que me mirara y si eso que llamara al antestesista (que flojeras me había vuelto!)
    Me metió mano y empezó a chillar, y me mira y me dice "ale nena estás de 10 vamos al parotorio"
    Como?!?! No era primeriza? No iba a estar todo el día??? Y lo más importante.. mi epidural que?????
    Dios se me cayo el mundo encima! Habían pasado dos horas del ingreso!!!
    De la epidural me tuve que olvidar, me pusieron la raqui al final (cosa que agradecí porque es más flojita y noté muchas chosas) el anestesista me pincho a ala 14.30, y me dijo que el efecto me duraría 1 hora (mire el reloj ipsofacto) a las 15.04 nacía nuestro pequeño (y en ese momento descubrimos que era niño
    Nada fue lo esperado, sobretodo porque el bicho se había dado dos vueltas y se había hecho un nudo y hubo que reanimarlo, y se quedó ingresado.
    No pude tenerlo hasta pasadas 5 horas.
    Pero bueno al menos fue rápida la cosa jejeje

  10. Pues no lo había leido, pero me ha encantado!!! Tuviste un parto digno de película!!! Madre mía, que tensión, que emoción y que bonito!
    Por cierto, Migordi comparte cumple con el Papá Cascarrabias, jejeje, ay los escorpios, prepárate!
    Ah! Y cordobesa, por eso tienes tanto arte jodía!
    Besos

  11. Ains, es que mira que se pone una tierna con lo de los partos!
    No podíamos parar con la máquina que hace Ping! jajaja La verdad es que mola, a mí me mola mi parto (entre otras cosas porque salió bien, claro… jejeje)
    Un besote, hermosa!

  12. Muchas gracias! Fue muuuuy peliculero, sí! La verdad es que al final, poder tener cerca a la familia moló todo (porque no son pesaos ni nos agobiaron, son amor), y en especial a mis padres.
    Mimaromo y mis padres todavía se ríen de mi con lo de "romper un poco aguas", jejeje, pero sí que sirvió para no entrar en pánico!
    Muchas gracias por pasarte y comentar! 🙂

  13. Mira que me gustan las historias de partos pero ésta las supera todas con creces, con extremoduro y los Monty Python incluidos, qué grandes!!! Jajajaja. Y además yo también he acabado con lagrimilla. Un besote!

  14. Me ha encantado!! Un parto de película! Qué envidia! Yo no conozco el romper aguas de esa manera salvaje. Con las ganas que tenía yo de una escena así.
    También me he reído mucho con el "haber roto un poco aguas" y el "estar un poco de parto"! Es cierto que para mantener la calma, lo mejor es calmar al personal. Lo hiciste genial. 🙂
    y como bien dices… no hay mal que por bien no venga!! así los tuviste a todo a tu alrededor en el momento, sin duda, más bonito de la vida!

  15. jajaja Estaba frita en verdad por contarla, pero nunca me ponía a ello. Y cuando me puse me entró la ternura de la muette y tuve que parar un par de veces! Ay, que estas cosas no se olvidan y siguen emocionando, ¿verdad?

  16. jajaja Gracias, Laura! Es que fue… Te juro que en ningún momento del viaje (ni al planificarlo) se nos pasó por la cabeza que me podía poner de parto, pero ni de coña, vamos. Por eso iba sin papeles, con una sola muda… y tan ricamente. La cara de mi padre cuando abrió esa puerta y comprendió lo que estaba pasando es algo que no olvidaré nunca. Bueno, ni todo lo que pasó después, claro. jajaja

  17. Mimaromo pasó de estar profundamente dormido en los primeros segundos de conversación telefónica a flipar como en su vida. Mientras hablábamos le oía dar paseos por el pasillo de nuestra casa, parriba y pabajo, una y otra vez. ¡Pobre mío! Teníamos muuuuchas ganas de vernos, se nos hizo eterno el viaje (a los dos).
    Se la contaremos, seguro. Sobre todo porque viene de una larga estirpe de embarazos y partos "accidentados" (que lo mismo cuento otro día). 😉

  18. Jejeje Era o tomárselo así o, como dices, pasarlas putillas, y no me apetecía nada lo segundo. Estaba con mis padres que, a falta de Mimaromo, son las mejores personas con las que podía estar!!! Y encima con todo lo que pasó, ¡era imposible no tomárselo a guasa!
    🙂

  19. Es que mira que se pone una incapaz con el tema de los partos, eh? Yo es que a día de hoy como vea uno (o lea sobre uno, o oiga, o lo que sea) ya me pongo tierna tierna. Es que es una cosa mu enorme, es normal!
    Muchas gracias, maja! 😉

  20. Fue mu tremendo, yo creo que precisamente por ser tantas cosas juntas (y porque el gordi parecía estar bien) por lo que nos saltó el chip de "venga, vamos a reírnos ya de todo". Mi suegra pudo bajar a tiempo y llegó para el parto (menos mal, porque estaba que se subía por las paredes).
    En cuanto al peso, la verdad es que no hay mal que por bien no venga: ya sabiendo que todo fue bien sólo puedo darle las gracias al peque por tener prisa por salir, porque 2,800 fue una cosa accesible. Si llego a la semana 40 tengo un toro.
    Terminar de sacarlo yo fue tan absolutamente brutal… Ains, que me emociono otra vez! 🙂

  21. Imagina…Agosto hospital público, 12 horas de dilatación, tres turnos de médicos, entraban cada 2 horas a verme o la comadrona o el gine o el MIR, o todos a la vez, un festival.

  22. He de decir que me he reído mucho. Esq vaya acontecimientos desafortunados. Claro, el en Madrid he pensado en coche y listo y no tiene carnet y huelga!!! Madre mía se pondría cómo un flan. Y la suegra….pobreta ella sola en Madrid y toda la fiesta lejos…
    Menos mal que nació prematuro porque estaba ya bien criado!! Me encanta ese momento de poder cogerlo al nacer que emoción!!!! Besos!!!

  23. Qué bonita historia y qué bien contada. Me he reído mucho con lo de romper un poco aguas, y estar un poco de parto. Ahí, suavizando el mensaje para que no colapse el personal.
    Mis tres partos también empezaron con rotura de bolsa, y sí, es como pantanos saliendo de los bajos 😉
    Un beso

  24. Los Monty Python me arroban. Esto es de la peli "El sentido de la vida", que es muy loca, como todo lo suyo, pero muy enorme.
    Jajajaja, así que también había público en tu caso! Pasen y vean! 😉

  25. Siii, es que es una idea guay! (que ni había pensado, la verdad)
    Así estaba yo a las cinco de la mañana ese día, entre angustia y risa, pero según fueron transcurriendo los acontecimientos es que no nos quedó otra que tomárnoslo con humor. Porque vamos, lo de la huelga de RENFE fue como "¡Anda ya!" XDDD Es que lo mejor es que no era una huelga grande, era en determinadas zonas, o trenes, no recuerdo exactamente, la cosa es que para donde necesitábamos no había servicio. ¡Fiesta!

  26. Gracias, Anna! Como decía en otro comentario, la pura verdad es que la diversión fue posible porque en todo momento estuvimos (más o menos, dentro de lo posible) tranquilos con que todo iba bien. Eso y que somos guasones, no lo voy a negar. 😉

  27. Jajaja Hombre, el previo fue eterno, pero es verdad que lo que es el expulsivo fue visto y no visto.
    No di a luz en Córdoba (pero sí nací allí, en el Reina Sofía), fue en un pueblo de Málaga, al lado de donde viven mis padres. El retonno a los madriles fue fino, lo contaré, lo contaré.
    Besotes, hermosa!

  28. Muchas gracias, tocaya! (Mamen, para servirla) Jejeje La verdad es que somos, en general, de reírnos (y más si estamos nerviosos, jajaja), pero lo cierto es que pudimos permitírnoslo porque en todo momento nos sentimos cuidados, atendidos, y el personal nos transmitía calma, sobre todo con respecto al estado del peque (que era lo que de verdad importaba). ¡Así es más fácil!
    Un besote!

  29. Gracias, Paula!!! Jo, qué ilu, leñe! La verdad es que fue muy tremendo, pero quizá por eso me mola tanto. Lo que al principio parecía "malo" al final fue genial, porque tuve cerca a toda la familia (y eso, cuando vives lejos, es lo más). Anécdota amorosa: Tengo un primito con 6 años, que estaba flipón con la idea de "ser tío". Cuando su madre le dijo que Migordi ya había nacido, y que podía ir a verle porque había sido cerquita, dio hasta palmas. Al llegar al hospital se paró en la puerta, antes de entrar, y dijo: "Mamá, estoy tan nervioso que quiero llorar." Me lo como.

  30. Menuda historia, para contarla y recontarla. No había visto el video de loas Monty Python, me ha recordado a mi parto por a parte de que entraba todo diós a verme y a mirar…

    1. Ufff, no tengo mas remedio que comentar este momentazo de…todo el mundo entra a mirar… ajajaj, pero en mi caso fue previo a una cirugia…por lo visto mis polipos estaban muy externos…y claro era perfecto para que todos los MiR del hospital pasaran por alli…
      Hubo un momento que me reia que me moria diciendole al gine si la ultima tanda que habia pasado eran los pintores, carniceros…aajajajah…ese dia todo el que iba de blanco estuvo mirándome los bajos…

  31. Ya estabas tardando en contarlo! Jejeje. Qué historia más loca; me ha encantado. Yo también rompí aguotas y me lo tuvieron que provocar pero duró "un poquito" más (de hecho me dio para cinco entradas del blog jajaja). Sospecho que parimos en el mismo lugar, tal vez con la misma matrona incluso. Lo que yo quiero ahora es la secuela: momento postparty y retonno a los madriles con toda la artillería y Tumaromo sin carné. Besotes

  32. ¡Que grande! Es la mejor historia de partos que he leído en toda la blogosfera, de verdad de la buena. Me he descojonado y también me he emocionado un poquito, así que ya ves. Mopito y Tugordo se llevan nada más que 11 días 😉 No me extraña que tuvieras necesidad de contarla, era una historia para contar. Besotes!

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Psicóloga (tengo mi consulta, doy talleres y charlas...), bimami (10 años y 6 años, ole), escribo y dibujo sobre psicología, pareja, maternidad... y lo que surja (o me dé tiempo). Podría vivir a base de gazpacho.
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