Hace un par de semanas salía en los informativos de fin de semana de TVE*, en un repor sobre un tema interesante: ¿está mal visto descansar? Y como la tele es la tele no puede una explayarse (salvo que me den un programa, jajajaja), así que aprovecho esta, que es mi casa, para hablar un poco más extendido del tema.

*Puedes verme a partir del minuto 29:00

Descansar haciendo cosas, todo el rato

Llevamos tal ritmazo que la frenada cuesta. Se nos halaga por TODO lo que hacemos, por CUÁNTO hacemos, por lo productivas que somos. Y claro… NO HACER (que estoy hay que verlo, porque… ¿qué es no hacer nada?) es castigado socialmente, es algo con connotaciones negativas. Si me quedo en el sofá viendo la tele me pica el cuerpo porque «DEBERÍA estar haciendo algo, que se acaba el finde y luego llega el lunes y…«

Se ha convertido el ocio en otra tarea más, en otro producto de consumo sobre el que también hay exigencia de rendimiento: hay que vivir experiencias y dejar testimonio (vía redes sociales) de ello. Tenemos que ser productivos todo el rato, incluso en mitad de un confinamiento por pandemia, ¿os acordáis? Bueno, no sé si quiero acordarme…

Hay personas que tienen verdaderas dificultades para descansar, para pararse a pensar qué les apetece/necesitan de verdad frente a lo que «TIENEN QUE HACER». Ay, los «Tengo que…».

Cada persona tiene sus vías de descanso, de desconexión, de reseteo y recarga de batería. Pero lo que es innegable es que a 3500 revoluciones no podemos llevar el motor todo el rato porque peta, ¿verdad? Pues eso.

Si necesito descansar porque la semana ha sido de traca y tengo el cuerpo-escombro, quedarme tumbadica en el sofá no es «no hacer nada», es hacer JUSTO LO QUE NECESITO.

Evidentemente (y esto lo advertimos las psicos guays todo el rato) hay «DEPENDE» en todo. Y es que cada caso es cada caso… y está además el contexto. Veamos:

Imaginemos que se trata de alguien que entresemana todo lo que hace es curro, casa, comer, casa y 20 minutos de tele antes de perder el conocimiento. OBVIAMENTE ante esas condiciones esta persona cuando llegue el finde va a tener necesidades que no ha podido cubrir, por lo que va a necesitar «hacer esas cosas»: interactuar con otros seres humanos que no sean «curro», atender a sus intereses/actividades gratificantes, autocuidado (que igual hasta es poder darse una ducha sin prisa)…

Qué puedes hacer tú… estando en tu contexto

Y es que aunque se tienda a hablar desde el «qué puedes hacer tú con esto», desde un enfoque individual, por donde hay que empezar es por ver el sistema, el contexto actual… que igual no permite que descansemos y desconectemos, ¿no te parece?

• Si necesito dos curros porque no me da la pasta para vivir…
• Si para eso necesito invertir X tiempo al día en desplazarme…
• Si tengo un jefe y una empresa en la que no hay límites y se mandan mails a las 22:00…
• Si…
  

¿Cuál es tu situación? Porque si encima de que vas con lengua fuera y «las obligaciones» no te dejan tiempo (o dinero, ojo ahí con tema dinero!!!) para nada… Si encima de eso te fustigas porque «DEBERÍAS…» Ay, pupa.

Vamos a preguntarnos qué necesitamos y por qué (cuál es nuestro contexto), y a partir de ahí a ver qué podemos hacer.

Y dentro de ese margen, vamos a darnos permiso para hacer o no hacer lo que nos salga del mondongo, que presiones ya tenemos de sobra.