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Los 7 pecados capitales… de madre

Mucho se habla de lo mejores personas que nos hace ser madres (yo misma lo hice en este post del amor de Marujismo), pero también hay que reconocer que esto de la maternidad nos lleva algunas veces al mismísimo lado oscuro y nos empuja a cometer, uno por uno, los seis pecados capitales. Y sí, he dicho seis y no siete, porque hay uno que… Bueno, ahora os lo cuento.
Repasemos la lista del mal:

1. Pereza. Este pecado se puede resumir en una sola palabra: Parque. Otra vez al parque. Bendito parque. Bendita arena que luego nos vamos a llevar a casa (para que le haga compañía a la que tenemos del día anterior y al medio kilo de purpurina que vive allí desde que hicimos los christmas… del año pasado).

2. Gula. Este es uno de mis favoritos curioso: un día de pronto te descubres en el parking del súper zampándote el «kinder bueno» que habías comprado para el chiquillo «porque nunca come guarrerías y mira, un día es un día».  Evidentemente lo haces por la salud de tu hijo. Ay, ¡qué sacrificado es ser madre! (Otra modalidad, ya canallesca del tó, es directamente comprar alguna mandanga ahí gorda y dulce y todo… que directamente sabes que a tu hijo no le va a gustar y que te la vas a acabar comiendo tú… Pero es por no tirarla, ¿eh? Ole tú.)


3. Ira. Más que ira, que es feo, vamos a decir enfaditos, enfurruñeshumito saliendo por la nariz, cuando, por la que hace cuarenta, le dices al amor de tus entretelas que deje quieto el bote de jabón de manos que ha trincao mientras tú te crees que puedes pretendes hacer pis (y lo que surja) y lejos de dejarlo, lo que hace es barnizarte con espuma el alicatado del baño. Añadimos, por diversión, la siguiente estampa: tú con los pantalones bajados intentando ninjamente coger en el aire ese bote de jabón antes de que llegue al suelo, sin éxito, claro. (Si se pudiera, este sería el mejor mannequin challenge de la historia).

4. Envidia: «¿Mi niño? Empezó a dormir 6 horas seguidas desde los pocos días«. Esto que se siente al escuchar estas palabras, queridas mías, es la envidia, y de la mala.

5. Avaricia: también conocida como codicia, rapacidad. Es eso que en condiciones normales supone el ansia viva por poseer tesoros y riquezas, pero que en el caso de las madres no se trata ni de oros-ni diamantes-ni perlas-ni rubíes: tú lo que codicias de verdad es poseer dos minutos para, oh milagro de la vida, ponerte una mascarilla hidratante en el pelo o, ahí rozando ya el egoísmo, mear.

6. Orgullo: porque si hay algo que caracteriza la maternidad es que tu niño es el más bonico, el más salao, el más simpático… (y el más petardo, porque también tiene lo suyo, pero hasta para ser cabroncete es el mejor), y tó lo que se diga es poco de tu niño porqueesqueloquieresquetemueres. Fenomenal. Sólo un apunte: A nadie le huelen sus peos, ni sus hijos le parecen feos.

El séptimo, la lujuria… jajaja, ¿qué tal? Si la maternidad te lleva de cabeza a cometer los otros seis, justo de este lo que hace es protegerte, evitar que caigas en él así con facilidad. ¡Qué guay -de Bandai-! Pero digo yo una cosa: ya que tenemos los otros seis… ¿por qué no nos curramos este lujurioso y molón y nos hacemos un combo pecaminoso capital? (Guiño, guiño)
Y tú, ¿cómo vas de pecados? ¿Te has comido algo en el parking del súper secretamente alguna vez? ¿Has puesto los ojos en blanco cuando tu retoño te ha recordado que era hora de ir al parque? ¿Cuáles son tus «pecadillos capitales»? Jijiji
Besitos de mami pecadora de la pradera

18 respuestas

  1. Jajajjaa, los tengo todoooos!! soy una pecadoraaaa!!Pero mira, es que en el de la envidia lo has clavado…cuando alguien te dice que su bebe duerme del tirón, y tú ya tienes al tuyo que ni es bebé ni nada, y sigue con esos despertares. Lo que se siente es envidia. Y luego mucha ansiedad y comes como una loca las chucherías a escondidas. En fin, habrá que seguir pecando, que tampoco es tan malo, ¿no? Un besote

  2. A mí me da la ira con la maldita arena del parque. En general no me da mucha pereza ir, pero odioooo la arena. Mi pecado es la gula. Cuando vamos a fiestas y Cronopio sale con las manos llenas de dulces, yo amablemente le digo que yo se los guardo, y en realidad es porque me los voy a comer todos. Vaya, que lo hago por su bien 🙂

  3. Uff, ir al super y en la cola comprarse la chocolatina de turno y comértela camino a casa así nadie se da cuenta del pecado 😉
    Yo tengo que controlar más la ira, algunas mañanas he de respirar muchas veces y contar hasta el infinito para no saltar.
    En fin, hay cosas que no mejoran mucho aunque el peque crezca.
    Besos!

  4. La gula, la gula!!!
    Nosotros tenemos "prohibido" que los peques comas chuces entre semana, y ellos lo llevan genial y casi nunca se quejan! Pero los mayores no somos capaces de aguanta hasta el viernes, así que levamos bolsas de gominolas escondidas en los bolsos y bolsillos y nos las vamos rulando a escondidas como si fuese drogaina! Como nos pillen…

  5. �������� hay hay hay…..el momento baño en mi casa es casi todos los días. Hace poco me dice una persona de esas tan asertivas: tu para tener crohn estás gordita, y le contesté:señora es que soy madre…acordándome de todo el chocolate que por no tirar me como por el bien de tarzanillo ������.

  6. Jaaajajaja esa modalidad es total! Me parto, porque también me ha pasado, ir zampando al salir de la cocina, llegar masticando al salón y mentir vilmente ante la pregunta ¿Qué comes, mamá? XDDD

  7. Jajajaja Comer a escondidas, una de esas cosas bonitas que da la maternidad y que no te esperas jojojo (lo de perder la dignidad ni lo mencionamos, porque mira, si tengo chocolate para qué quiero dignidad?) XD

  8. Por aquí creo que caemos en todos… es lo que tiene… pero eso de tener chuches escondidas, ¡of course! y aprovecho no cuando estoy yo en el baño, sino cuando está ella bañandose con el papi. ¡Ahí me pongo fina filipina! jajajaja

  9. hahahaha el otro dia me zampé un paquete de donetes que le compré al niño y luego pensé, no mejor que coma sano, ya me sacrifico yo. Y allí me ves, dentro del coche, en el parking del cole, comiendo donetes de dos en dos.

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Foto de Mamen Jiménez en su consulta, sonriendo, y con un vestido rojo

Psicóloga (tengo mi consulta, doy talleres y charlas...), bimami (10 años y 6 años, ole), escribo y dibujo sobre psicología, pareja, maternidad... y lo que surja (o me dé tiempo). Podría vivir a base de gazpacho.
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