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La noche nos confunde

No sé a vosotras, pero a mi la maternidad me ha hecho coger «un poco de carrerilla» con esto de «hacerme mayor». No es que ahora sea una «señora» (en serio, gentes de bien, no nos llaméis así), pero algo sí que he cambiado o mutado, o evolucionado, o madurado, o yo qué sé.

Nos hacemos mayores, niñas. Lo vas notando en ciertas cosas, detalles que ahora te molestan (casi todo), cosas ya que no te molan nada como antes… Pero si hay una situación que te lleva, de cabeza, a darte cuenta de este hecho es volver a salir de copas tras el letargo mamístico ojeroso.

Si no me crees, haz la prueba, verás qué risa. Prepárate para un viaje alucinante, para flipar mucho con la humanidad. Es toda una experiencia. Si pensabas que te ibas a encontrar el patio tal y como lo dejaste la última vez, despídete, porque no: ni el patio es el mismo, ni tú tampoco. En realidad eso no es ni bueno ni malo, es… la vida (tooooma ahí profundidad reflexiva).

Cuando una sale de copichuelas tras meses/años, sucede una cosa muy bonita, y es que te posee el espíritu de tu abuela. Pillarte cuestionándote alguno de estos puntos es signo inequívoco de que «te has hecho mayor» (jojojo):

  • La ropa de la peña: ¿Cuándo ha cambiado la moda tanto? ¿Por qué la gente viste raro por la noche? El padre de un amigo, cuando veía a alguien joven «con pintas» (que no eran pintas ni ná, un joven normal, vamos), decía: Y éste, ¿por qué protesta? Siempre me hizo mucha gracia la expresión, y siempre pensaba «Jo, cómo son los mayores de coñazo con lo de la ropa«. Ahora me doy cuenta de que la mayor soy yo, porque… ¿Por qué protesta esta gente? Shit! Es posible que hasta te descubras pronunciando la siguiente frase: «Si es que parece que van disfrazados«. Hala, y tan a gusto que te quedas, porque es que hay que ver cómo van…
  • Las costumbres populares, como estar horas y horas de pie en un bar. ¿Por qué no ponen unas sillitas o algo? ¿Por qué el sector de la hostelería nocturna está tan en contra de la comodidad? O  por ejemplo, vagar por las calles eternamente en busca de un local. ¿Qué hay de divertido en eso con la rasca que hace? «Yo conozco uno cojonudo –piensas-, mi casa.«
  • Los precios: ¿Estamos locos? ¡Esto es un robo! (Y bueno, cruza los dedos para que no te hayan colado garrafón, porque si no mañana sí que vas a vivir una «fiesta», en el wc, claro). Si además te pillas haciendo cábalas de cuántos pañales se pueden comprar con lo que cuesta una copa, ya apaga y vámonos. En serio, vámonos a casa.
  • La música: Una cosa muy bonita que pasa cuando eres madre es que tu playlist diaria contiene grandes éxitos como «El barquito chiquitito», «Los patitos», o las canciones de cabecera de las series de dibujos animados favoritas de tu hijo (Ya está aquí, ya llegó, la patrulla caniiiiiinaaaaa). Y claro, eso no es lo que pinchan en las discotecas. Quedarte atrapada pensando ¿Y este que canta quién es, y por qué es tan mala la canción? es la monda. (En este punto he de reconocer que eso me ha pasado un poco siempre porque no soy de gustos musicales especialmente populares, pero si a eso le sumas la banda sonora actual de mi hogar, ya me tienes fuera de bolo del todo).
  • La falta de confort en los atuendos (sí, el hecho de que use la palabra «atuendos» ya me catapulta a la senectud directamente, lo sé): Asúmelo, es posible que en tus tiempos mozos fueras capaz de estar en minifalda (sin medias) a las 4 de la mañana de un 15 de enero, y aguantar con tus tacones inmutablemente las horas que hicieran falta, pero eso ahora te parece una locura sin sentido. ¿Dónde están mis leggins, dóndeeeeeee? (Los leggins: esa prenda a la que le dediqué una oda)
  • La fauna (y a veces también la flora) de los locales: tampoco hay mucho más que explicar. Ni National Geographic ni ná, sal de noche y verás especímenes y comportamientos verdaderamente increíbles. Eso sí, te llevará a preguntarte si cuando tú salías habitualmente la cosa era también así, o si es que el mundo se ha vuelto loco. Reflexionemos sobre ello.
Cuando eres madre, y estás ahí en el bucle del día a día (que pasa, a todas nos pasa aunque sea un poco), eso de salir de noche se convierte casi en una misión a Marte: por lo que cuesta llegar, y porque cuando lo consigues por fin, resulta que te sientes como rodeada de extraterrestres.

La verdad es que es la mar de entretenido. Salir tiene sus cosas buenas, y hacerlo de vez en cuando no está ni mal, aunque a veces sea raro o te sientas «fuera de lugar», que puede suceder. A mi, si os soy sincera, arrancar me cuesta arrancar, pero una vez que estoy en la calle… ¡lo doy todo! (las tres veces que he salido, jojojo)

¿Os ha pasado esto? ¿Cómo han sido vuestras salidas de marchuqui tras la maternidad? ¿Hasta qué hora habéis aguantado? ¿Os apetece una noche loca, o ya no tenéis ganas?
Besos de madre.

PD de paz y amor: Que no se me tire nadie al cuello que no estoy diciendo que las mamis seamos unas carcas, ojito cuidao ahí. ¡Con lo guays que somos las madres! -¿Se sigue diciendo eso de «guay», o ya está desfasado? ;)-

50 respuestas

  1. Muy bueno!lo mejor es el misterio de cómo el niño sabe que has salido y se despierta antes a la mañana siguiente. ..nos pasa tanto a mi marido como a mi!debe ser algún tipo de sensor a la resaca…

  2. Uy, desde que soy madre no salgo de marcha por las noches,pero a veces he pensado cómo me sentiría y creo que lo reflejas muy bien, jajaja. Sería como una misión a Marte seguro. Que si lo echo de menos? Sólo cuando hay algún festival de cine tipo Donostia, molaria ir al Bataplán a darlo todo. A ver si me animo este año 😉 Besitos!

  3. Uy, desde que soy madre no salgo de marcha por las noches,pero a veces he pensado cómo me sentiría y creo que lo reflejas muy bien, jajaja. Sería como una misión a Marte seguro. Que si lo echo de menos? Sólo cuando hay algún festival de cine tipo Donostia, molaria ir al Bataplán a darlo todo. A ver si me animo este año 😉 Besitos!

  4. La primera vez que sali de marcha tras la maternidad fué a una mega discoteca de esas playeras con musicote, zona chill out y bla bla…y si, out me quede yo…que me repanchingué en uno de esos sofás tipo ibicenco " y me quedé dormida!!!!… El caso es que oía a mi alrededor como decia la gente…"mira esa la merluza que lleva que se ha quedao sobá" ( como si me hubiera bebido hasta el agua de los jarrones)…y en realidad me dormí a la mitad de la segunda copa…en fin que le vamos ha hacer!!! Los años no perdonan!!!
    ajajajaj

  5. Jajaja Como en todo, cada una tiene sus gustos. Ya lo he dicho por ahí arriba, pero yo también bajé el ritmo ya antes de ser mami, por varios motivos, y oye, ni tan mal. La cosa es sentirse a gustito! 😉
    Muchas gracias por pasarte y comentar, hermosa!

  6. Yo no he salido desde que parí la primera vez xD
    Pero antes de ser madre ya iba a sitios donde me pudiera sentar de vez en cuando. Y llevaba tacones pocas veces.
    Yo nací viejuna, así que soy la súper abuela ya antes de llegar a los 65, ¡toma ya! (Quien no se consuela es porque no quiere)

  7. Salir de fiesta…mmmm…no recuerdo si había caído el muro de Berlín aún…Me acuerdo, a lo lejos, de beberlo todo, de recogerme de día, de enseñar canalillo y cacha….Ahora, si acabo de cenar más allá de las once ya estoy agobia por el despertar, me da resaca un chupito de poleo, me duelen los pies con tres cm de tacón y si mi falda va ás allá de la rodilla me duelen los riñones del frio. Sí amiga, las fiestas de las madres a partir de los cuarenta. Tal cual….Un beso morena!!!

  8. Ay, eso es lo que me pasaba a mi cuando me vine a Madrid! Acostumbrada a Málaga (además vivía en el centro, así que tardaba como dos minutos en llegar a mi casa) la inmensidad y lejanía de todo en esta ciudad me remata! Ahora, el terraceo madrileño me encanta!

  9. Jajajaja El momento "mañana me voy a arrepentir" es un clásico! (ya lo he dicho antes en otro comentario, pero dos vasitos de agua antes de acostarte son la clave para no morir de resaca al día siguiente, comprobado).

  10. Jajajaja ¡somos mayores! 😉 😉 😉 Eso de llevar el "modo padre/madre" activado es otra cosa que pasa, es verdad!!! Dita sea!
    Las cenas con amigos son fundamentales en este momento vita (y si me apuras, en vez de cenas que sean comidas, jajajaja).
    ¡Me alegro mucho de que te haya molao el dibu! Oleee!
    PD: Yo estoy muy a favor de la barba, de toda la vida, pero los looks tan premeditados no me arroban demasiado.

  11. Jajaja Estoy contigo! En mi caso también me empezó a pasar un poco antes de ser madre, supongo que las necesidades y los gustos cambian, ¡y no pasa nada! Lo importante es disfrutar de cada etapa (y de cada momento)!!!!
    Un besote, guapa!

  12. Jejeje La pereza es muuuucha! Pero por lo menos en mi caso, te digo que una vez que sales, en verdad te alegras. La cosa es, como decían en otro comentario, ajustar las expectativas (que no pasa ná si te da sueño a las dos y te quieres ir a casa, que no es un examen! jajajaa)
    Un besote!

  13. Jajajajaja Empatizo con tu sentimiento, jajaja, pero mira, cada cosa tiene su momento, y soy fan de hacer lo que le pida el cuerpo a una (sea salir o quedarse en casa). Lo que es cierto es que una escapadita de vez en cuando sienta fenomenal (pero como decía Cristina Madre Autónoma, hay a quien le apetece más de terraceo, que es estupendo!)

  14. jajajaja Yo creo que has dado en el clavo, las expectativas tienen mucho que ver en todo esto. Si sales todos los fines de semana y alguna noche es rara, pos no pasa ná, pero como ahora salimos menos, esperamos que sea súper. Lo mejor es ir con ganas de pasarlo bien y ya está!
    Suerte en tu incursión nocturna, ya me contarás! 😉

  15. jajaja Hay un truqui para las resacas malignas que ya ponía yo en práctica en mis tiempos mozos: beberte dos vasos de agua antes de acostarte (aunque no te apetezca un carajo meter más líquido en tu body). Remedio santo. Las resacas se quedan en la mitad.
    (Ay, muchas gracias, hermosa!!!)

  16. Madre mía, jajajaja, no lo has podido describir mejoooor!!!! Lo triste es que a mí me pasaba ya antes de ser madreeee!!!!! jajajaja. Yo aproveché bien aprovechao mientras mi cuerpo era joven, cuando me vine a Madrid ya no le pillé el punto, eso de que pase mínimo una hora desde que decides irte a casa porque NO PUEDES MÁS (porque claro, una vez que sales pues apuras y lo das todo) hasta que llegas…. me parece pura tortura!!

  17. Así es, así es.
    Afortunadamente el 90% de las veces, cuatro te vayas a creer, que he salido, han sigo gloriosas. Sobre todo una, en feria. 12 horas de juergón que me produjeron hasta hemorroides 😂😂😂 Qué malita estuve tres días. Porque esa es otra, lo que duran las resacas. Y otra muy típica es pensar cómo estará la prole y tener mucho el madrugón. Aunque, total, ¿puede haber sensación más parecida que una resaca y el maldormir y muchomadrugar continuado?

  18. Me ha encantado la ilustración, es tal cual xD

    Y yo he salido más noches que el camión de la basura, desde los 16 hasta los casi 30 años he salido muchísimo (aunque a partir de los 27 fui bajando poco a poco la frecuencia y la intensidad).

    Ahora ya quedo con amigos para cenar y a casa, solo de vez en cuando. Y si "salgo" de bares, pienso que los demás podrían ser mis hijos, es una cosa rara.

    Y no entiendo la moda hipster de barba frondosa, repeinados, y con camisa y chaleco. Atroz 🙁

  19. Jeje, va ha hacer un año de mi última noche loca, en Madrid, y ya estoy pensando en la de este año, que va a ser la excusa perfecta para celebrar mi despedida de soltera 😉
    La verdad es que da pereza infinita saber que no vas a dormir y que al día siguiente tienes que rendir igual, yo ya procuro no beber alcohol, una cosa es tener sueño y otra arrastarme por los suelos.
    Saludos!

  20. Buah yo la primera vez que he salido hace poco…cuando la peke tenia 13 meses…comida-cena de amigas…
    Haciendo planes con el padre de que igual me liaba y bla, bla….total para las 12,30 en casa.
    También tengo que decir que la peke no duerme ni una noche bien…mas bien poco..
    asi que mi body no estaba para bailoteos

  21. Jajaja No salgo de marcha desde hace un siglo, pero me parece que el día que lo retome me va a pasar lo mismo. Lo de estar de pie tropecientas horas en los bares ya lo empecé a pensar un poco antes de ser madre, así que no todo va a ser por la maternidad, digo yo (y, para que conste, yo era de las que podía estar bailando hasta las 6 de la mañana, que antes eso de sentarme un rato no entraba en la ecuación) 🙂

  22. Me ha encantado lo de "¿Y este que canta quién es, y por qué es tan mala la canción?". Me ha pasado como a ti, un poco siempre, pero es que últimamente… maaadre mía, lo que hay que escuchar. Eso sí, cuando salgo, lo doy todo. De hecho, me suelo quedar hasta el final.
    La última vez, ya embarazada, no pude ni beber ni na, pero ahí que estuve hasta las ¿6? No me acuerdo. También lo recomiendo como experiencia extraterrestre: ver a la gente degenerar conforme avanza la noche, y tú a base de zumos de tomate y de frutas varias xD ¡Buenísimo!

  23. Jajaja me parece que me sentiría exactamente igual! Aún no he salido de "fiesta" tras la maternidad y solo de pensarlo me da una pereza! Habrá que ponerle ganas un día… Un besete

  24. Tal cual lo cuentas es mi vida desde que fui madre jajajajaja, aunque añadiría que en esa búsqueda de local para una copa si abres la puerta y lo ves a tope sales huyendo cual alma que persigue el diablo a buscar otro casi vacío para tener espacio y no estar dándote de codazos para llegar a la barra jajajajaja

  25. Jajajajaja… yo ya lo llevo viendo tiempo porque he de confesar que salgo bastante de copas. Vamos, que salgo lo mismo que mis amigas sin hijos, no tanto como antes pero más bien por edad que por maternidad. Hay que salir más, que viene muy bien para el espíritu. Un besazo guapa

  26. ¡Auténtico! Además, es que tienes tantas expectativas ese día que sales… Que luego se te convierte todo en más raruno aún… Es eso, que te piensas que todo sigue como antes, que allí, en las "discos" se paró el tiempo… Y ni de Blas, los que antes estaban medio buenos ya no lo están tanto; los sitios tan molones ahora son cutres y la música, pues ya lo has dicho tu todo, jajajajaaj. Aún así, me aventuraré en breve a Marte, que me apetece ver extraterrestres… Un beso

  27. Jajajajaj! Pues sí!!!! Vamos a salir a comernos la noche!!! Y lo único que te "comes" es un ibuprofeno para desayunar al día siguiente, la única copa que te bebiste te sentó fatal…. Reflejas las vivencias post maternidad como nadie!!!! Beso!!!

  28. Pues leyendo esto, creo que yo tuve espíritu de madre desde siempre porque nunca me gustó salir, y cuando descubrí las cañas de las 15:00 lo viernes, vi la luz. Sentada en una terraza tranquilamente y viendo la gente pasar…y a las 1:00 o así para casa ¿se puede pedir más?

  29. Jajajajaja tal cual!! Lo cierto es que yo como tú, cuando salgo termino dándolo todo, pero no veas el perezón: arréglate, de pie toda la noche, tacones… Si por mi fuera no paso del pijama. Pero por vagueria pura, que luego me lo paso genial! Un besete

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Psicóloga (tengo mi consulta, doy talleres y charlas...), bimami (10 años y 6 años, ole), escribo y dibujo sobre psicología, pareja, maternidad... y lo que surja (o me dé tiempo). Podría vivir a base de gazpacho.
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