El confinamiento llegó a nuestras vidas… y también a nuestras bajeras. Del «polvete por aburrimiento» a la «intimidad cero» en los hogares con niños: vamos a repasar algunos hechos y modalidades del sexo y la pasión… confinados.

Tanto si estáis solo tu pareja y tú como si procreásteis antes de que se desatara la pandemia, es posible que vuestra vida sexual haya notado los efectos del confinamiento. Para bien o para mal. Si te ha pillado sin convivir con la pareja o con el follamigo (¿se sigue usando esta palabra?, ¿soy mayor?), ánimo, ya queda menos.

Sexo confinado: un comentario previo

Comento rápidamente una cosita y luego vamos a las risitas.

La sensación popular es que el confinamiento, en general, ha sido letal para la pasión carnal, y en especial en el caso de las parejas con hijos. Pues he de deciros que no es así, al menos no en todos los hogares.

En consulta he visto parejas a las que el confinamiento les ha marchitado la pasión, sí. (Marchitar la pasión, amigas, he dicho marchitar la pasión… así empezó Corín Tellado). Sin embargo hay otras parejas que están que podríamos usar su brillo en el cutis como energía renovable. Así que no, el confinamiento no ha acabado con el rozamiento para todos.

¿Cómo lo han hecho para «darle» los que le han «dado» durante el confinamiento? Mantener las ganas y tener una vida sexual satisfactoria depende de una serie de variables. Estoy preparando dos posts sobre esto: uno sobre el deseo y las ganas -y sobre no tener todo el deseo y las ganas que quisiéramos- y otro sobre cómo sacarle brillo y chispita a nuestra vida sexual (en confinamiento o en libertad).

El post de hoy va de algunos hechos, modalidades, tema y variaciones sexuales que se están dando en los hogares confinados.

Inventario de los veinte duros del sexo confinado

Inventario (porque me lo he inventado) de modalidades sexuales confinadas cuando la pandemia te ha pillado en casa con pareja… con o sin hijos.

1. Pasión hacendada

El modelo sexual actual nos tiene el cerebro comido con que el sexo tiene que ser todo el rato «pasión irrefrenable e incombustible», ahí contra la pared como mínimo, nada de horizontalidad. Horizontal es mainstream sexual, es de pasión blandurria, pasión marca blanca.

Eso sí, amiguitos, por mucha pasión que haya, por favor, ojito con las paredes finísimas, que hay riesgo de allanamiento en el hogar de los vecinos con agravante de desnudez y reforma sin licencia. Aquí se necesita ladrillo bueno, del que usó el tercer cerdito para hacerse su casa.

Bueno, retomo. Pues resulta que lo cierto es que un motivo relativamente frecuente para tener sexo es, chorprecha, el aburrimiento. Y estos días ha habido muuuucha gente muuuuy aburrida. «Cari, vamos a hacerlo que estoy hasta el phoskito de directos de Instagram» o «No puedo hacer más cursos online, forniquemos, amor» han sido reclamos escuchados en algunos hogares durante la pandemia. (Nota: esto cuando tienes hijos no pasa, ya os lo digo. Lo de aburrirse. Lo de hacer un agujero en la pared y aparecer en casa del vecino pues ya depende del modelo de niño que tengas y de la calidad de la pala y el rastrillo que le compraras para el parque de arena.)

2. Departamento de i+D

Aquellos que se huelen lo del aburrimiento han estado ojo avizor y rápidamente han aplicado el protocolo «¿Y si probamos otra cosita?», el i+D (indomable + dispuesto) de la sexualidad. Cuando los seres humanos nos ponemos creativos en lo sexual solemos centrar nuestros deseos de cambio, variedad y novedad en cuatro áreas: el dónde, el qué, el cuándo y el con quién.

• Con quién: dado que hemos estado confinados esto a priori no ha sido factible, salvo que seas Merlos, que entonces…
• Dónde: en esta pandemia se han mancillado más lugares de los hogares que en toda la historia previa. La cocina, el baño, el pasillo, en el suelo, contra la pared (con cuidado, amigos, con cuidado), en la entradita (ahora le ves sentido a esos metros, ¿eh?), en la mesa, en la encimera, sobre la lavadora -con el centrifugado puesto al parecer es una delicatessen para las bajeras según muchas amas de casa americanas, que lo sepas-, contra la librería blanca llena de libros que está en TODOS LOS HOGARES… Quizá tu armario no lleve a la Narnia del placer, pero mira, si te agarras a la barra sin caerte, haciendo tope con los pies en las paredes del armario y le dices a tu amore que te llame «Spiderchati»… pasión no sé, pero qué risas.
• Qué: pues eso, innovar en qué zonas se toca, con qué se toca, dónde se meten cosas -y luego se sacan y luego se meten, creando un ciclo muy bonito-, con atrezzo… Seguro que hay quien le está dando una segunda vida a los disfraces de carnavales pasados, y amándose por no haberlos tirado. Bueno, no voy a entrar en dar ideas -ohhhh-, que eso va en próximos post, como he dicho antes (muajajajajaja).
• Cuándo. Si te han hecho un ERTE o si te ha tocado jodERTE (hoy estoy suelta, perdonadme), si teletrabajas, una cosa buena has tenido, algo que los freelance conocen de sobra, es la oportunidad de darle alegría a tu cuerpo, Macarena, en mitad de la mañana de un lunes, un jueves ná más comer o el viernes antes del segundo café. Esto es precioso. El sexo en horario random es una riqueza inmaterial incalculable. Salvedades: si tienes hijos, el lunes a mitad de mañana, el jueves ná más comer o el viernes antes del segundo café, probablemente lo que hayas estado haciendo es… los deberes. Pero incluso los padres podemos jugar con el cuándo en confinamiento, sobre todo porque no queda más remedio que hacer malabarismos con ello.

3. Lo de Frodo y Sam fue un paseo

 Si tienes hijos y estás confinado y teletrabajando y la madre que nos parió, tener sexo estos días más que innovación es algo que roza la hazaña épica. Ríete de Frodo y Sam, ellos sólo tenían que llevar un anillo a un monte. Vosotros tenéis que lograr que vuestros enanos -que a veces parecen orcos- no estén con el ojo de Sauron puesto en vosotros y así poder escabulliros y tener un rato para que Bolsón deje de estar cerrado. Bueeeeno, a ver, amigos, esto es pa las risas, ¿eh? Lo cierto es que hay padres que se están encontrando desnudos y tocándose más veces que ap -antes de la pandemia-, ya lo he dicho antes. Pero bueno, en cualquier caso, suerte, amigos.

4. El solitario imposible

Mucho se habla de hacerlo o no hacerlo estos días con la pareja, pero se habla menos del tocarse uno mismo cuando tienes hijos y estás confinado.

Cuando hay gente todo el día en casa, cuando la puerta del baño se cierra menos que la de la nevera estos días, cuando intimidad, lo que se dice intimidad, hay poca, el tocarse uno mismo e molto difficile. Ya que he abierto la veda a las metáforas de El señor de los anillos (queredme así), esto es como lo que explicaba antes solo que tú lo que quieres al final es quedarte en tu Rivendel disfrutando de «las cascadas». (Espero que sigas leyéndome después de esto)

5. Sofá, serie, mantita y… casquete

Hay quien lleva aproximadamente un tercio de la pandemia en el sofá. Ha comido ahí, ha visto la tele (mucho) ahí, ha dormido ahí… ¿cómo no va a tener sexo ahí también?

Pero el sexo «sofalero ante tele» sigue la misma premisa principal que la siesta sofalera: lo que haya en la tele tiene que ser lo suficientemente entretenido como para que quieras verlo, pero no tanto como para que te distraiga de eso otro que vas a hacer. La siesta, digo. Y follisquear.

Aunque… Igual hay a quien le pone indomable ver, no sé, a Don Draper en pantalla mientras está echando un casquete polar. Ole. O quien prefiere no tenerlo de fondo porque las comparaciones son odiosas. O yo qué sé, que hagas lo que quieras y con quien quieras de fondo. Bueno, si te pones -y te pone- Saber y ganar, acude a un profesional: podemos ayudarte.

6. Espiral gloriosa de vicio y fornicio

Pasar más tiempo juntos, si es para bien, es para muy bien. Así que muchas parejas están viviendo, como decía, el confinamiento como una oportunidad maravillosa para darle alegría a sus cuerpos.

Con el sexo y el deseo sucede una cosa muy bonita además: y es que cuanto más se hace -si gusta- más se quiere hacer. Esto va a así.

De manera que si estáis engustaos perdidos (modo que yo denomino «estar rañau«) porque habéis tenido mambo asiduo y satisfactorio, lo más probable es que estéis más cachondos que en vuestra vida y queráis más y más. Queridos amigos, si estáis en este momento desde aquí os damos un aplauso, una ovación, un ole con ole. Y si lo necesitáis, también una botella de dos litros de Aquarius, marditos, que os vais a deshidratar.

Evidentemente hay más variedades, de hecho igual no hay ninguna porque me lo he inventado todo… La cosa es pasárselo bien, en general, y con el sexo en particular. Como decían en Fraggle Rock: vamos a jugar, tus problemas déjalos, para disfrutar… ¡echa un polvorón! Y con esto lo dejo, porque entre lo de Frodo y esto creo que he tocado techo hoy.

Un besote, en este caso casto y puro,

Mamen