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La primera salida sin retoño

6 años: Es tu cumpleaños. Te regalan por fin ese tocador «biuti-fasion» que llevabas pidiendo eones, ése con muchos complementos chupis. Abres la caja con toda la emoción of the world y empiezas a jugar a maquillarte: ojos, labios, colorete (no sé cómo no se nos cae la piel a cachos con las «pinturas» estas), las uñas… Total, media hora. Y después de eso te preguntas: ¿ahora qué más se hace con esto? Ya te lo digo yo: nada. Pero sigues haciendo el paripé para que tus padres no te tiren por la ventana después del porculo de lo pesada que te pusiste con el tocadorcito de los cojones. Notas una nueva sensación, la culpa: ya podías haber pedido otra cosa más barata, como te dijeron ellos.
19 años: Junio. Exámenes en la universidad. Estás hasta el moño (literalmente, porque todas nos hacemos un moño para empollar bien) de estar sentada en esa silla mientras oyes a la gente hacer planes y salir. Deseas por encima de todas las cosas acabar y ser libre. Terminas el último examen. Te tiras en el sofá y no sabes qué hacer con tu vida. Te invade esa (ya familiar) sensación de que deberías estar currando en algo (¿por quéeeee pasa esto?): hola de nuevo, culpa. Pierdes dos días sintiéndote rara.
25 años: Por fin tienes vacaciones después de todo el año currando. No veías la hora de que llegaran. Pero el organismo (y nuestro querido cerebro -te amamos, cabroncete-) es un cachondo y hasta el segundo día no entra en modo vacaciones, 48 horas para relajarte y notar que no es un finde, que estás de vacas. Es decir, dos días al carajo, perdidos, caca. Qué alegría, ¿no?
Treinta y…: tu hijo ya tiene edad para quedarse una noche con los abuelos sin problemas. Has estado deseando ese momento desde hace meses. Saboreabas la idea, te deleitabas con ella. Desde que nació ha dormido bajo tu mismo techo (a veces bajo tu pecho) todas y cada una de las noches. Entonces llega el gran día. Os despedís de él. Camino al restaurante vais fantaseando con todo lo que la noche os depara. Entonces…
Pero, calma, no pasa nada. Es verdad que la primera noche es rara, la segunda rarilla, pero uno se va re-profesionalizando (es como montar en bicicleta) en esto de tener tiempo libre y poder ejercer de adulto. Tener una conversación con tu pareja (hablar y escuchar, ¿os acordáis?) sin tener que estar pendiente de si tu retoño se escoña detrás de la pelota, o de si tira TODO lo que hay en la mesa, o… bueno, sin todo eso, es alucinante. Puede que incluso os deis cuenta de que os gustáis y todo (cosas más raras se han visto).
Lo mejor es que, además de descansar y de darle chispa a la pareja, como en el fondo echas de menos a tu peque luego lo coges con unas ganas (renovadas) maravillosas. Le quieres hasta más, si es que eso es posible. Supongo que la naturaleza en su sabiduría extrema calculó bien este punto para garantizar, así, la perpetuación de la especie y su cordura.
Así que sí, es raro, te sientes raro, todo es raro, pero también sienta genial y es necesario de vez en cuando.

¿Cómo fue vuestra primera salida? ¿Y la primera noche sin el retoño? Decidme la verdad, ¿lo echásteis de menos? Jijijiji

Besos de madre relajada, disfrutona, y tierna perdía.

18 comentarios

  1. Me viene al pelo!!! El 19 septiembre es el día D!! Primera noche sin la enana de dos años y medio, creo que ya nos tocaba 😀 Te contaré a la vuelta pero seguro que Sí la echaré de menos jeje

  2. Pues nosotros ya le hemos cogido el truco, aunque hemos tardado, tienen ya 7 y 8 años y no se quedan con los abuelos, hemos descubierto las fiestas de pijama!!! que uno tiene fiesta de pijama, el otro a casa de los tíos, abuelos, amigos…. lo que sea!!!!! es necesario para los padres si no queremos terminar haciendo vidas separadas y por turnos!!! ahora que si, que es verdad que se les echa de menos pero mejor eso que echarlos de más!!!! 😉

  3. Que vidilla me dan tus posts!!

    Creo que soy un bicho raro. Antes de quedarme embarazada acordé con mi madre que yo la daba nietos pero que al menos entres ocasiones al año era un fijo que hiciese de canguro. (Las fiestas de mi pueblo son sagradas)
    La primera vez que la dejamos con ellos tenía 6 meses y nos fuimos un fin de semana. Y ella se lo pasó estupendamente y yo también. Nada de culpa, nada de lloros, un poco de echar de menos y un finde que realmente nos hacía falta. La niña es tan buena que los abuelos están deseando quedarse con ella. Es mi madre la que lloriquea cuando nos la llevamos el domingo. Así que en 13 meses se la hemos dejado un montón de veces. Yo necesito tener de vez en cuando un rato (finde) los dos solos. Y de vez en cuando correrme una juerga, porque mi cabeza, mi cuerpo (y mi hígado) lo necesita.
    Lo peor es la resaca con niños, pero de momento lo gestiono bien. Me merece la pena, aunque luego vaya una semana arrastras.

  4. Nosotros desde que tiene dos meses(ahora tiene tres) , salvo que esté malita o estemos fuera, al menos un día del fin de semana, o los dos, se queda con alguna de las abuelas, y en verano hasta una semana entera. Se le echa de menos? Si. Culpabilidad? Ninguna! Los abuelos también tienen derecho a disfrutar de ella y nosotros a descansar!!

  5. Pues la primera vez que salimos solos después de muchos meses fue al cine y fue suuuuuuuuper raro, que asco de cerebro tenemos a veces, incapaz de desconectar!
    La primera noche aun no ha llegado, pero cada día la veo mas cerca, y también fantaseo con ella, jajajaja… Todo llegará!

  6. Nosotros intentamos tener conversaciones de diario y es imposible. Tanto q luego estamos solos y sw nos hace raro hablar del tirón. Lo malo de pasar un día sin ellos, porq ves q no pasa nada y te vas volviendo adulto normal, es que le coges el gustillo a irte sin hijos… Jaja

  7. yo no sé lo que es eso! jajajaja!
    el martes los dejamos para cenar y dormir en casa con los abuelos ¿motivo? reunión escolar a las 8 de la tarde que acabó a las 22,30… cenamos una burger a toda mecha y pa casa… cuando llegamos dormían los dos pero al día siguiente despertamos los 4 en la cama. El nene se meó en su cama (cosa que pasa 1 vez cada 3 meses) y vino a la nuestra (como cada noche)… Total que no tengo vida de pareja, así es… tú qué me recomiendas? jajajaja! hace más de 3 años que no voy al cine en modo parejil…

  8. Ay, creo que, de tus post, es el que más me ha gustado. Con ese revival de emociones desde la más tierna infancia. No me podría sentir más identificada. Peeeeero, he de decir que, si bien acabamos hablando del peque, imitando sus cositas tan monas, viendo fotos y vídeos… disfrutamos los momentos que hemos tenido un montón, desde el minuto 1. No nos preocupamos mucho (malospadres) porque lo normal es que todo vaya bien y estamos a tiro de whatsapp. Je,je,je.
    Te superas a cada post.
    Besis, reina

  9. Jajajaja, cuánta razón llevas en tu reflejo de todas las etapas! Nosotros sí que es cierto que hemos hecho pocas escapadas, y que cuando las hemos hecho no hemos parado de hablar de los puñeteros, pero son necesarias como el agua y nos lo hemos pasado pipa, y si yo hubiera sabido que nos íbamos a venir a vivir a Suiza (con la consiguiente complicación de la logística, of course) más lo hubiera hecho, por supuesto. Un beso guapa.

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Mamen Jiménez - Psicóloga

Psicóloga (tengo mi consulta, doy talleres y charlas...), bimami (6 años y 2 años, ole), escribo y dibujo sobre psicología, pareja, maternidad... y lo que surja (o me dé tiempo). Me gustaría dormir más. ¡Bienvenida!

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