Hoy vengo con un post muy especial. Verás, es que he tenido la suerte de entrevistar a la mismísima Mamá Noel, una mujer poco conocida pero con una vida fascinante. Hoy en «De madre a madre»: Mamá Noel. Te dejo con la transcripción de la entrevista.

• Lapsicomami: Muchísimas gracias por atender a mi petición, imagino que en estas fechas estaréis bastante complicados.
• Mamá Noel: Nada, gracias a ti por interesarte por mí. Sí, la verdad es que estamos hasta arriba, pero por eso mismo este ratito me va a dar la vida. Tengo la casa llena de elfos y el único sitio en el que puedo estar tranquila un momento es en el baño… Con pestillo, claro, porque si no en seguida llega un elfo con el «que me hago pis» y se acabó el descanso. Antes hacía running, pero hija, aquí con la pelona que cae cualquiera sale a correr, se te congela el sudoramen que baja por la espalda y no te quiero contar lo desagradable que es cuando se te cuelan las estalactitas por la raja del cul…
• LP: Entiendo, entiendo.
• MN: …culo.

• LP: No debe ser fácil vivir en el Polo Norte, ¿no?
• MN: Pues mira, al final te acostumbras. Y es que además nosotros es que no teníamos más remedio. Dime tú a mí todos los elfos y los renos en un piso: como no fuéramos a un parque, o a alguna cadena de montaje para que desfogaran, se ponían que cualquiera les aguantaba por la tarde. No, en Madrid era imposible como no fuera en algún chalé. Pero mira, no nos llegaba. Así que fuimos buscando por el extraradio, y más allá del extraradio… y al final llegamos a Laponia. Aquí el metro cuadrado está fenomenal de precio y además no sabes cómo se te pone el cutis con la fresca: buah, porcelana Ming, nena.

• LP: ¿Y dejaste tu trabajo para irte a Laponia o no trabajabas en aquella época?
• MN: Sí, yo trabajaba en una empresa grande, pero cuando vinieron los elfos la cosa se puso fea porque pedí una reducción de jornada y no se entendió en la empresa. Al final me despidieron. No sabes qué movida. Abogados y todo. Pero mira, no hay mal que por bien no venga: así pude estar con los elfos en lugar de llevarles a una escuela mágica (que no veas qué pasta). Además aproveché ese tiempo para dedicarme a hacer lo que siempre me había gustado: la repostería americana. Me flipa. Empecé a hacer galletas y dulces de esos que hacen que J. Basulto se maree. Lo hice por entretenerme (y para no volverme loca; porque una quiere a los elfos, pero hay días que dan ganas de coger a Rudolf y largarse de allí, ¿sabes?). Total, que por error los elfos metieron unas cuantas galletas en uno de los regalos de Martha Stewart y se hicieron famosas. No doy abasto. Aproveché el paisaje y la decoración del taller, que es rollo industrial, y claro, lo peté fuerte en Instagram entre los hipsters. Este año le he pedido a los Reyes un juego de focos para empezar a grabar tutoriales para Youtube. Los vídeos tiene mucho tirón, ¿sabes?
• LP: ¿A los Reyes? ¿No se lo pides a Papá…
• MN: ¿A Papá… qué? ¿Noel? Jajajaja No, no. Nosotros nos regalamos siempre en Julio; normalmente unas vacaciones a las Baleares, nos encanta. ¿Has visto «Lucía y el sexo»? Pues al sitio de barros ése que vamos. Y bueno, los detalles y eso se lo pedimos a los Reyes porque… ya sabes, hay cosas que nos da pudor que vean los elfos. Y claro, como ellos son los que fabrican y envuelven, pues corta-rollos total.
• LP: Cosas como…
• MN: Hija, los juguetes que no se venden en jugueterías, ya sabes.
• LP: Idol.

• LP: Cambiando de tema… Yo tengo dos hijos y mi casa parece haber sido arrasada por una pandilla de diablos de Tasmania poseídos por Satán, ¿cómo lo haces tú con tanto elfo?
• MN: Buah, imagina. Además piensa una cosa: tenemos el taller en casa, así que esto es la locura padre. Se juntan los juguetes de los elfos con los que van fabricando, el papel de regalo, la cinta de envolver… Y bueno, ya he aceptado que la puta purpurina no se va a ir nunca de la moqueta (ni de las cortinas, ni de nada). Odio la purpurina con toda mi alma, y los elfos venga a echarle purpurina a todo, copón.
• LP: Te entiendo, compañera.

• LP: El día 24 todos solemos pasar la noche en familia, con la cena y demás, ¿no se te hace un poco raro que Papá Noel esté fuera toda esa noche?
• MN: Qué va, ¡al contrario! El 24 los elfos están agotados de tanta historia y se acuestan superpronto, así que yo aprovecho que estoy «sola» para verme alguna cosita de las mías en Netflix o HBO.
• LP: Sí, hay ahora muchas películas entrañables o románticas navideñas…
• MN: ¿Tú crees que a mí me pueden apetecer esas películas? ¿Navideñas? ¿En serio? Yo a lo que estoy enganchadísima es a Juego de Tronos. Maemía, ¡cómo estaba «el Khal Drogo»! ¡Qué carnes prietas! ¡Qué furia animal!

• LP: Ahora que dices lo de animal… ¿Cómo es vivir con renos?
• MN: En general bien. Ellos están a sus cosas normalmente y tampoco dan mucha guerra. Lo único así que me incomoda un poco es cuando aparece Rudolf en mi cuarto en mitad de la noche para pedir agua. No sabes el acojone que es abrir los ojos y encontrarte ahí esa presencia. ¡Y encima con la nariz iluminada!
• LP: Créeme cuando te digo que estoy bastante familiarizada con lo que dices.
• MN: ¿Tienes renos?
• LP: No, hijos.

• LP: Bueno, querida Mam… Por cierto, ahora que lo pienso: todos te llaman Mamá Noel, pero… ¿cuál es tu nombre verdadero?
• MN: Jejeje, ya sabes cómo son estas cosas: en cuanto te conviertes en mamá como que pierdes tu nombre, ¿verdad?
• LP: Verdad total, hermana.
• MN: Me llamo Gladis.
• LP: Mamá Noel tampoco está mal.
• MN: Lo prefiero.

• LP: Muchas gracias por tu tiempo, amiga. Aprovecho para dar las gracias también a este parque de bolas que ha admitido a todos los elfos, posibilitando con ello que se produjera esta entrevista.
• MN: Sí, me lo quedo como referencia total para otras veces. ¿Sabes que yo era de las que decía que no iba a ser como todas y que no iba a llevar a los elfos al parque de bolas?
• LP: Una dice tantas cosas...
• MP: …antes de ser madre, ¿verdad?
• LP: Verdad. ¡Gracias!

¿Qué te ha parecido la entrevista? ¿Te sientes identificada con alguna cosa de las que ha contado nuestra invitada?

Besitos de madre con ansia viva de turrón.